Dritan Gjika, señalado como el líder de la mafia albanesa en Ecuador, fue capturado en Emiratos Árabes Unidos en una operación internacional coordinada con autoridades ecuatorianas. Gjika era considerado uno de los principales operadores del crimen organizado extranjero en el país.
Según las investigaciones, Gjika llevaba una vida de lujo en Ecuador, con múltiples propiedades, vehículos de alta gama y conexiones políticas y empresariales. Su estructura habría estado involucrada en actividades como narcotráfico, lavado de activos y corrupción.
“Su caída representa un duro golpe a las redes transnacionales que operan en Ecuador”, informó una fuente de Inteligencia.
El arresto se realizó gracias a una cooperación entre agencias de seguridad de varios países, incluyendo Interpol. Gjika utilizaba identidades falsas y documentación fraudulenta para moverse entre continentes y mantenerse fuera del radar.
Ecuador ya ha iniciado los trámites de extradición, y se espera que su llegada al país permita desarticular más eslabones de esta peligrosa organización criminal que operaba desde puertos estratégicos como Guayaquil.
La captura de Dritan Gjika reaviva las alarmas sobre la presencia de mafias extranjeras en el país y pone a prueba la capacidad del Estado para enfrentar el crimen organizado con alcance global.
