Francia ha anunciado la construcción de una cárcel de máxima seguridad en la Guayana Francesa, un territorio ubicado en plena selva amazónica. El proyecto, que busca alojar a los reclusos más peligrosos del país, ha generado una avalancha de críticas: activistas y políticos lo consideran un retroceso colonial.
La cárcel será una de las más modernas de Europa… pero en Sudamérica. Tendrá infraestructura de vigilancia de alta tecnología, muros electrificados y sistemas de confinamiento extremo. Se planea albergar a condenados por terrorismo, narcotráfico y crímenes violentos. El gobierno francés defiende la medida como una solución para mejorar la seguridad nacional y evitar fugas.
La comparación con las infames colonias penales del siglo XIX no tardó en surgir. Historiadores y defensores de derechos humanos han recordado el caso de la prisión de la Isla del Diablo, donde Francia enviaba a miles de presos en condiciones inhumanas. Para muchos, esto revive la sombra de la colonización carcelaria, ahora con un rostro moderno.
Organizaciones indígenas, ONGs y voces desde América Latina advierten que esta decisión viola el espíritu de soberanía regional y los derechos de los pueblos amazónicos. La prisión está prevista para 2027, pero el debate ya está encendido: ¿seguridad nacional o colonialismo encubierto?
Fuente: BBC