El gobierno del presidente Donald Trump decidió pausar su campaña de redadas masivas e indiscriminadas contra migrantes en ciertos ámbitos, tras un periodo de fuerte ofensiva migratoria que incluyó arrestos y deportaciones masivas. Esta pausa busca ajustar la estrategia y evitar tensiones sociales mayores, aunque la administración mantiene su postura estricta en materia migratoria.
Durante los primeros meses de su segundo mandato, Trump impulsó un plan agresivo para deportar a millones de inmigrantes en situación irregular, utilizando agencias federales como ICE y fuerzas de seguridad locales y militares. Sin embargo, la pausa anunciada permite una revisión de los procedimientos y un respiro temporal para miles de personas afectadas por estas acciones.
Esta medida se suma a otras políticas restrictivas implementadas por la administración, como la cancelación de programas humanitarios que protegían a migrantes de países como Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua, y la suspensión indefinida de solicitudes de asilo para ciertos grupos.
Aunque la pausa reduce momentáneamente las redadas masivas, la administración Trump continúa con una política migratoria dura que busca controlar y reducir la migración irregular en Estados Unidos.
Fuente: Deutsche Welle (DW)