El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió el domingo 15 de junio de 2025 una orden para que las agencias federales de inmigración, principalmente el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), intensifiquen las redadas y deportaciones en las principales ciudades gobernadas por demócratas como Los Ángeles, Chicago y Nueva York. Estas urbes, consideradas “ciudades santuario” por limitar la cooperación con las autoridades migratorias federales, concentran millones de inmigrantes indocumentados.
Trump calificó esta acción como parte del “programa de deportaciones masivas más extenso de la historia” y exigió que se movilicen todos los recursos disponibles para arrestar y expulsar a los inmigrantes ilegales, afirmando que estas ciudades son el “núcleo del centro de poder demócrata” y acusando a sus gobiernos de usar a los extranjeros para ampliar su base electoral y perjudicar a los ciudadanos estadounidenses.
La orden llega en medio de protestas masivas contra las redadas iniciadas el 6 de junio, que han generado tensiones y enfrentamientos en varias ciudades, así como acciones legales por parte de autoridades locales que defienden el derecho a proteger a los migrantes. Para hacer frente a las protestas, Trump desplegó miles de guardias nacionales y marines, lo que ha provocado críticas y demandas judiciales.
El ICE tiene la meta de realizar hasta 3.000 arrestos diarios, cifra que quintuplica el promedio de detenciones de los primeros meses del segundo mandato de Trump. La administración también ha indicado que evitará detener a personas indocumentadas que no hayan cometido delitos, enfocándose en zonas con altos índices de criminalidad.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha declarado que el toque de queda impuesto para controlar los actos violentos durante las protestas se prolongará varios días más, mientras la ciudad enfrenta un clima de miedo e incertidumbre entre sus habitantes.
Fuente: Deutsche Welle (DW)
