La planta nuclear de Fordow, ubicada en Irán, es una de las instalaciones más protegidas del programa nuclear iraní, diseñada para resistir ataques con bombas antibúnker como la GBU-57/B estadounidense. Construida bajo una montaña y rodeada por hasta 80 metros de roca y hormigón armado, Fordow alberga cerca de 3.000 centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio, lo que la convierte en un objetivo estratégico clave. Su diseño busca garantizar la continuidad del programa nuclear incluso ante ataques aéreos de alta precisión.
La instalación fue construida en secreto y solo fue revelada en 2009, generando preocupación internacional por la posible producción de material para armas nucleares. Fordow está equipada con sistemas de defensa y está enterrada a gran profundidad para protegerse de bombas convencionales y ataques aéreos. La fortificación incluye túneles y estructuras subterráneas que dificultan su destrucción.
A pesar de estas defensas, la bomba antibúnker GBU-57/B fue desarrollada específicamente para penetrar estas capas y neutralizar instalaciones como Fordow. Su capacidad para perforar hasta 60 metros de hormigón reforzado la convierte en una amenaza significativa para la planta. Sin embargo, el uso de esta arma implicaría un riesgo alto de escalada militar y represalias por parte de Irán.
El reforzamiento de Fordow refleja la apuesta de Irán por proteger su programa nuclear y mantener su capacidad estratégica. La planta simboliza la compleja dinámica de poder y disuasión en Medio Oriente, donde tecnología y geopolítica se entrelazan en un escenario de alta tensión.
Fuente: CNN en Español
