Los Dodgers de Los Ángeles mantuvieron un silencio inicial durante la polémica sacudida migratoria ordenada por Donald Trump en la ciudad, que incluyó la presencia de agentes federales en la zona. Sin embargo, posteriormente se reportó la llegada de agentes de inmigración al estacionamiento del estadio, lo que generó inquietud entre aficionados y trabajadores. La situación puso en evidencia la tensión entre el deporte, la política y la seguridad.
El despliegue de agentes federales en Los Ángeles fue parte de una operación para controlar la inmigración ilegal, generando protestas y debates sobre el uso de fuerzas militares en espacios públicos. Los Dodgers, con una afición diversa y una base importante de latinos, se vieron en medio de esta controversia. La organización deportiva no emitió declaraciones inmediatas, lo que fue interpretado como una postura cautelosa.
La presencia de agentes en el entorno del estadio generó preocupación por la seguridad y la libertad de los asistentes. Activistas y grupos comunitarios denunciaron la militarización y pidieron respeto para las comunidades migrantes. La situación refleja las divisiones políticas y sociales en Estados Unidos.
Este episodio muestra cómo las políticas migratorias pueden impactar en ámbitos inesperados y la necesidad de diálogo y respeto en contextos sensibles.
Fuente: CNN en Español
