Jordania y Arabia Saudita han adoptado posturas que, aunque no abiertamente declaradas, sugieren un apoyo estratégico a Israel en el contexto del conflicto con Irán. Ambos países, preocupados por la influencia iraní en la región, han fortalecido sus relaciones con Tel Aviv a través de acuerdos de seguridad y cooperación económica. Este acercamiento representa un cambio significativo en la dinámica geopolítica del Medio Oriente.
Jordania, que mantiene un tratado de paz con Israel desde 1994, ha incrementado la colaboración en materia de inteligencia y defensa, buscando contener amenazas comunes. Arabia Saudita, aunque sin relaciones diplomáticas formales con Israel, ha mostrado señales de acercamiento, impulsado por intereses compartidos en seguridad y estabilidad regional. Estos movimientos se interpretan como un contrapeso a la expansión iraní.
Sin embargo, ambos países enfrentan presiones internas y externas que limitan su capacidad para expresar un apoyo público explícito. La opinión pública en estas naciones es mayoritariamente crítica hacia Israel, lo que obliga a sus gobiernos a actuar con cautela. La relación con Israel se maneja en un equilibrio delicado.
Este escenario refleja la complejidad de las alianzas en Medio Oriente, donde intereses estratégicos y consideraciones políticas se entrelazan en un contexto volátil.
Fuente: Deutsche Welle (DW)
