Las herramientas de inteligencia artificial (IA) se han convertido en asistentes confiables para muchas tareas diarias, desde responder correos hasta redactar textos complejos. Sin embargo, un número creciente de investigaciones revela que, por cada problema que la IA resuelve, se acumulan costos ambientales ocultos significativos. Cada instrucción enviada a un sistema de IA se traduce en cálculos realizados en enormes centros de datos, algunos tan grandes como campos de fútbol, que consumen grandes cantidades de energía, muchas veces proveniente de fuentes no renovables.
Este proceso puede requerir hasta diez veces más energía que una búsqueda convencional en Google, según estimaciones del Electric Power Research Institute. Investigadores en Alemania analizaron 14 sistemas basados en modelos de lenguaje grande (LLM) y encontraron que las consultas más complejas generan hasta seis veces más emisiones de dióxido de carbono que las respuestas breves. Además, los modelos más avanzados, que ofrecen mayor precisión, pueden emitir hasta 50 veces más carbono que los modelos más simples.
La fabricación y mantenimiento de la infraestructura para IA también implican impactos ambientales, como la extracción de metales pesados y el uso intensivo de agua para enfriar los centros de datos. Empresas como Microsoft y Google han incrementado su consumo hídrico en los últimos años debido a la expansión de la IA, lo que plantea desafíos para la sostenibilidad, especialmente en regiones con escasez de agua. Además, los residuos electrónicos generados por estos centros pueden contener sustancias tóxicas que contaminan el medio ambiente.
A pesar de estos retos, la IA también tiene potencial para mitigar emisiones globales y contribuir a la lucha contra el cambio climático si se desarrolla de manera responsable. La comunidad científica y tecnológica trabaja en optimizar modelos, mejorar la eficiencia energética y adoptar energías limpias para reducir la huella ambiental de la IA. Sin embargo, es necesario un compromiso global para equilibrar los beneficios tecnológicos con la protección del planeta.
Fuente: CNN en Español