La oposición iraní enfrenta críticas internas por la falta de planes concretos y estrategias claras para enfrentar la crisis política y social que atraviesa el país. Analistas y miembros del propio movimiento opositor señalan que la dispersión y la ausencia de propuestas definidas dificultan la construcción de un frente unido y efectivo contra el régimen de Ali Jamenei. Esta situación limita las posibilidades de cambio y la movilización popular.
Los líderes opositores han expresado su intención de promover reformas y mayor participación ciudadana, pero carecen de un programa integral que responda a las demandas de la sociedad. La represión y censura dificultan la organización y comunicación, mientras que las divisiones internas afectan la cohesión. La oposición también debe enfrentar la desconfianza de sectores sociales y la presión del gobierno.
Expertos consideran que para avanzar es necesario definir objetivos claros, construir alianzas y presentar alternativas viables que generen apoyo nacional e internacional. La falta de liderazgo consolidado y la fragmentación política son obstáculos importantes. Sin una estrategia sólida, la oposición corre el riesgo de perder relevancia.
Este diagnóstico invita a la reflexión y a la búsqueda de consensos que permitan fortalecer la resistencia y promover la democracia en Irán.
Fuente: Deutsche Welle