Cultura bajo fuego: Israel e Irán activan planes de emergencia para salvar su patrimonio histórico

En medio de la reciente escalada bélica entre Israel e Irán, ambos países han puesto en marcha protocolos de emergencia para proteger sus tesoros culturales. Museos, sitios arqueológicos y colecciones históricas han sido evacuados o trasladados a depósitos subterráneos ante el riesgo de bombardeos. En Irán, el Ministerio de Patrimonio Cultural ordenó el cierre de los 28 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como de más de 800 museos, incluyendo el Museo Nacional de Irán y el Palacio de Golestán. Las piezas más valiosas fueron reubicadas en lugares seguros, mientras que objetos no transportables fueron cubiertos con sacos de arena. La Sociedad de Arqueología Iraní ha condenado los ataques y ha pedido a la comunidad internacional que actúe para proteger el legado cultural del país.

En Israel, instituciones como el Museo de Israel en Jerusalén y el Museo de Arte de Tel Aviv también activaron sus protocolos de guerra. Obras de arte, incluidos los Rollos del Mar Muerto, fueron trasladadas a bóvedas subterráneas con condiciones controladas. El personal de museos ha trabajado bajo presión, priorizando objetos frágiles e irremplazables como marfiles, textiles y manuscritos antiguos. La directora del Museo de Israel, Suzanne Landau, afirmó que están “acostumbrados a estas situaciones”, aunque reconoció el aislamiento cultural que vive el país debido al conflicto. Las medidas buscan evitar pérdidas irreparables en caso de nuevos ataques B D.

El Consejo Internacional de Museos (ICOM) y la UNESCO han emitido advertencias sobre el “peligro creciente” para el patrimonio cultural en ambos países. Aunque estas organizaciones no tienen capacidad ejecutiva, han instado a Israel e Irán a respetar la Convención de La Haya de 1954 y la Convención del Patrimonio Mundial de 1972. Estas normas internacionales obligan a los Estados a proteger los bienes culturales incluso en tiempos de guerra. Sin embargo, la efectividad de estas recomendaciones depende de la voluntad política de los gobiernos involucrados. La reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, prevista para julio en París, podría abordar la situación si el conflicto se intensifica A.

La protección del patrimonio cultural en zonas de conflicto no solo implica medidas logísticas, sino también decisiones éticas y simbólicas. En Irán, la relación con el legado histórico es profunda, vinculada a la identidad nacional y al orgullo por el antiguo Imperio Persa. En Israel, los museos albergan piezas fundamentales para la historia judeocristiana y la arqueología bíblica. La destrucción de estos bienes no solo sería una pérdida material, sino también un atentado contra la memoria colectiva de la humanidad. Por ello, expertos insisten en que la cultura no debe ser rehén de la guerra A B D.

A pesar del alto el fuego temporal, la amenaza persiste. La comunidad internacional observa con preocupación el destino de estos tesoros, conscientes de que su pérdida sería irreversible. Organismos como Blue Shield International y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) han sido llamados a monitorear la situación y activar mecanismos de protección. Mientras tanto, museos y arqueólogos trabajan contrarreloj para preservar lo que siglos de historia han legado. La cultura, una vez más, resiste en silencio entre sirenas y escombros.

Fuente: Deutsche Welle

By Ginger Cevallos Carrillo

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