Un nuevo estudio liderado por científicos de la Universidad de Chicago, basado en hallazgos del róver Curiosity de la NASA, ofrece una explicación reveladora sobre la ausencia de vida en Marte. El vehículo encontró rocas ricas en minerales de carbonato, similares a la piedra caliza terrestre, que actúan como esponjas de dióxido de carbono atrapado en la atmósfera. Estos carbonatos sugieren que Marte tuvo “destellos de habitabilidad” en ciertos momentos, pero no condiciones sostenidas para la vida. A diferencia de la Tierra, donde el dióxido de carbono circula en un ciclo equilibrado gracias a la actividad volcánica, Marte carece de emisiones volcánicas suficientes para mantener ese equilibrio. Esto habría provocado largos períodos de clima frío y seco, incompatibles con la evolución de organismos vivos.
El estudio, publicado en la revista Nature, indica que los breves episodios de agua líquida en Marte fueron seguidos por más de 100 millones de años de desierto estéril. Aunque existen huellas de antiguos ríos y lagos, el planeta rojo no logró sostener un entorno húmedo por tiempo suficiente. En la Tierra, el ciclo del carbono permite que el dióxido de carbono vuelva a la atmósfera mediante erupciones volcánicas, manteniendo temperaturas aptas para la vida. En Marte, ese ciclo se rompe, dejando al planeta atrapado en una dinámica de enfriamiento progresivo. Esta diferencia fundamental podría explicar por qué la vida prosperó en la Tierra y no en su vecino planetario.
El róver Curiosity encontró los carbonatos en el Monte Sharp, una montaña marciana que ha estado explorando desde 2014. Estos minerales son clave para entender cómo Marte perdió su atmósfera y se convirtió en un desierto helado. El hallazgo llena una pieza faltante del rompecabezas sobre el pasado climático del planeta. Los científicos creen que, aunque hubo agua, no fue suficiente ni duradera para permitir la evolución de vida microbiana. La posibilidad de que existan bolsas de agua líquida en el subsuelo aún se investiga, pero no hay evidencia concluyente hasta el momento.
La misión Perseverance, también de la NASA, ha encontrado señales similares de carbonatos en un antiguo delta marciano, lo que refuerza la hipótesis del estudio. Sin embargo, para obtener pruebas definitivas, será necesario traer muestras de rocas marcianas a la Tierra, una tarea que Estados Unidos y China planean realizar en la próxima década. Si se confirma que Marte nunca tuvo vida, ni siquiera microbiana, eso indicaría que el surgimiento de la vida es un fenómeno más raro de lo que se pensaba. Por el contrario, si se hallan rastros de vida antigua, se abriría la posibilidad de que el origen de la vida sea más común en el universo.
Este estudio no solo redefine nuestra comprensión de Marte, sino que también plantea preguntas profundas sobre la vida en otros planetas. ¿Estamos realmente solos en el cosmos? ¿Qué condiciones son necesarias para que la vida surja y se mantenga? La investigación liderada por Edwin Kite y su equipo nos acerca a responder estas incógnitas. Mientras tanto, Curiosity sigue su marcha lenta pero firme, desenterrando secretos del pasado marciano que podrían cambiar el futuro de la exploración espacial.
Fuente: Deutsche Welle