Los cálculos en la vesícula se han convertido en la principal causa de hospitalización en Ecuador, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Solo en 2024, más de 51.781 personas fueron internadas en centros de salud por esta enfermedad, superando a otras afecciones como la neumonía y la apendicitis aguda. Este problema, conocido médicamente como colelitiasis, se produce cuando se forman depósitos endurecidos en la vesícula biliar, órgano encargado de almacenar bilis para la digestión de grasas. El síntoma más característico es un dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen, que suele aparecer después de consumir comidas ricas en grasa. Este cuadro puede complicarse si no se trata a tiempo, llegando a requerir cirugía para evitar riesgos mayores.
Los especialistas explican que la alimentación es el factor determinante en la alta incidencia de esta enfermedad en Latinoamérica. El consumo excesivo de grasas, junto con la obesidad y el sobrepeso, aumenta la concentración de colesterol en la bilis, lo que favorece la formación de cálculos. Además, en las mujeres influyen factores hormonales, como la progesterona, que puede dificultar el vaciamiento adecuado de la vesícula durante ciertas etapas del ciclo menstrual. Esta combinación de elementos convierte a la colelitiasis en un problema recurrente en la región. La falta de hábitos saludables y el sedentarismo agravan aún más el panorama.
El tratamiento más común para los cálculos en la vesícula es la cirugía, conocida como colecistectomía, que consiste en la extracción completa del órgano afectado. Los médicos advierten que no basta con retirar los cálculos, ya que la vesícula enferma tiende a generar nuevas piedras si se deja en el cuerpo. Por ello, la intervención quirúrgica es considerada la única solución definitiva. Sin embargo, la prevención sigue siendo la mejor estrategia: mantener una dieta equilibrada, baja en grasas, y realizar actividad física regularmente son medidas clave para reducir el riesgo. Una ecografía abdominal permite detectar la enfermedad en etapas tempranas.
El impacto de esta patología en el sistema de salud ecuatoriano es significativo. Según el INEC, la colelitiasis supera incluso a enfermedades respiratorias y digestivas en número de hospitalizaciones. Esto implica un alto costo económico y una presión constante sobre la infraestructura hospitalaria, que ya enfrenta limitaciones en camas y recursos. La Organización Mundial de la Salud recomienda 2,7 camas por cada mil habitantes, pero Ecuador apenas alcanza 1,31, lo que evidencia la vulnerabilidad del sistema ante enfermedades tan frecuentes. Esta realidad subraya la importancia de la prevención y la educación alimentaria.
Los cálculos en la vesícula no solo afectan la salud física, sino también la calidad de vida de quienes los padecen. El dolor recurrente, las restricciones alimentarias y la posibilidad de complicaciones graves generan ansiedad y estrés en los pacientes. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de campañas masivas para promover hábitos saludables y reducir la incidencia de esta enfermedad. La pregunta que queda es: ¿estamos preparados para enfrentar un problema que sigue creciendo año tras año? La respuesta depende de la acción conjunta entre autoridades, profesionales de la salud y la ciudadanía.
