Manchester United en la mira: denuncian abusos sexuales cometidos por un exempleado del club

El Manchester United enfrenta una nueva polémica tras ser denunciado por un hombre que acusa al club de no haberlo protegido frente a los abusos sexuales perpetrados por un trabajador, Billy Watts, fallecido en 2009. Según la demanda, el denunciante asegura que fue víctima de abuso sexual y físico cuando era menor de edad, mientras Watts se desempeñaba como vigilante en el centro de entrenamiento del equipo en la década de 1980. Los abogados del afectado sostienen que la institución no cooperó en los intentos de llegar a un acuerdo extrajudicial y que su respuesta ha sido “decepcionante”. Este caso revive las sombras sobre la protección de menores en el fútbol inglés, un tema que ya había sido abordado en investigaciones previas. La denuncia busca justicia después de décadas de silencio y dolor.

El nombre de Watts apareció indirectamente en el Sheldon Review, una investigación publicada en 2021 sobre abusos a niños en el fútbol británico. Aunque no fue mencionado explícitamente, el informe aludió a un trabajador del Manchester United fallecido que habría realizado comentarios sexuales inapropiados y conductas físicas indebidas. Entre los testimonios se incluyen intentos de tocar a menores en duchas y saunas, así como amenazas para silenciar a las víctimas. Los jóvenes del equipo lo apodaban “pervertido”, lo que evidencia que su comportamiento era conocido en el entorno. A pesar de ello, las medidas tomadas por el club fueron insuficientes para prevenir el daño.

Las acusaciones contra Watts se hicieron públicas en 2019, cuando el Manchester United emitió un comunicado asegurando que colaboró con la investigación. Sin embargo, documentos internos revelan que el empleado fue sometido a una pesquisa en los años 80 y posteriormente trasladado lejos del centro de entrenamiento antes de abandonar el club en 1989. Esta cronología plantea interrogantes sobre la responsabilidad institucional y la eficacia de los protocolos de protección vigentes en esa época. La falta de transparencia y la demora en actuar son ahora puntos clave en el proceso legal. El caso podría sentar un precedente en la lucha contra la impunidad en el deporte.

Kate Hall, abogada del denunciante, destacó el valor de su cliente al dar este paso tras tantos años. “Ha tenido que revivir recuerdos dolorosos para buscar justicia. Los supervivientes merecen más que simpatía”, afirmó. La firma legal Simpson Millar, que lleva el caso, insiste en que el club debe asumir su responsabilidad por no garantizar un entorno seguro para los menores. Este pronunciamiento se suma a las críticas hacia las instituciones deportivas que han fallado en proteger a los más vulnerables. La presión mediática y social aumenta, mientras el Manchester United guarda silencio sobre la nueva denuncia.

Este escándalo se produce en un contexto donde el fútbol inglés intenta recuperar la confianza tras múltiples casos de abuso revelados en los últimos años. Organismos como la Federación Inglesa han implementado protocolos más estrictos, pero las víctimas exigen acciones concretas y reparación integral. El caso Watts pone en evidencia que las heridas del pasado siguen abiertas y que la justicia tardía no borra el sufrimiento. La pregunta que queda es si el Manchester United asumirá su responsabilidad o prolongará la batalla legal. Por ahora, el club enfrenta uno de los episodios más oscuros de su historia institucional.

By Ginger Cevallos Carrillo

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