Hace poco más de un siglo, los Everglades se extendían desde el centro de Florida hasta los cayos en el sur, formando el humedal subtropical más extenso de Estados Unidos. Sin embargo, el crecimiento urbano y agrícola redujo este ecosistema único a apenas un tercio de su tamaño original, poniendo en riesgo a más de 2,000 especies de flora y fauna, así como el suministro de agua potable para cerca de nueve millones de habitantes.
Para revertir este daño, se está implementando el Plan Integral de Restauración de los Everglades (CERP), aprobado en el año 2000 por el Congreso de EE.UU. y considerado el proyecto de restauración ambiental más grande y costoso del mundo. Este plan incluye 68 proyectos de infraestructura distribuidos en toda Florida, con un enfoque principal en devolver el flujo natural del agua a los Everglades, vital para la salud del ecosistema y la población humana.
Una de las obras más emblemáticas es la construcción del embalse del Área Agrícola de los Everglades (EAA), un gigantesco reservorio de 46 km² con una profundidad de 11 metros, ubicado al sur del lago Okeechobee. Este embalse podrá almacenar hasta 295.200 millones de litros de agua, equivalente a 118.000 piscinas olímpicas, y estará acompañado por un área de tratamiento de aguas pluviales de 2.630 hectáreas. Su función es almacenar, limpiar y distribuir agua dulce hacia los Everglades y las comunidades del sur de Florida, además de reducir las descargas contaminantes que en el pasado causaron la muerte masiva de peces y el cierre de playas.
El proyecto, liderado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense y el Distrito de Gestión del Agua del Sur de Florida, también incluye la construcción de muros subterráneos para proteger a las comunidades cercanas de inundaciones, la rehidratación de humedales que capturan carbono, y la ampliación y mejora de áreas de tratamiento de aguas residuales, especialmente para manejar las descargas de la industria azucarera.
Los beneficios ya comienzan a observarse, con un aumento del hidroperíodo –días en que el suelo permanece anegado– en zonas clave como el bosque estatal Picayune Strand y las praderas de los Everglades. Además, se han implementado quemas prescritas para mejorar el flujo de agua y reducir el combustible vegetal, favoreciendo la salud del ecosistema.
La restauración no solo busca preservar la biodiversidad, sino también proteger el acuífero que provee agua potable a millones de personas y aumentar la resiliencia frente a inundaciones, tormentas y huracanes. Según expertos, corregir los errores del pasado es fundamental para salvar este ecosistema único en el planeta.
El plan integral debería completarse en 2029, y su éxito dependerá de la colaboración entre agencias federales, estatales, organizaciones no gubernamentales como la Fundación Everglades y Audubon Florida, y las comunidades locales.
Fuente: CNN