Conflicto entre Israel e Irán dispara la incertidumbre y presiona al alza los precios de la gasolina en plena temporada de verano

El reciente ataque sin precedentes de Israel contra Irán ha generado una fuerte reacción en los mercados energéticos globales, con un impacto inmediato en los precios del petróleo y, por ende, en la gasolina, justo cuando comienza la temporada alta de conducción veraniega en Estados Unidos y otras regiones. Hasta ahora, los precios en las estaciones de servicio se mantenían bajos y estables, ayudando a contener la inflación y aliviar a los consumidores. Sin embargo, la escalada militar ha cambiado drásticamente este panorama.

Tras los ataques, los precios del petróleo se dispararon, con un aumento de hasta 14 % en el mercado estadounidense en cuestión de horas, y un incremento semanal acumulado cercano al 12 %, la mayor subida desde octubre de 2022 cuando la OPEP redujo la producción. El crudo Brent, referencia en Europa, también experimentó un alza significativa, reflejando el temor a una interrupción en el suministro de petróleo desde Oriente Medio, una región clave que concentra gran parte de las reservas mundiales y por donde transita cerca del 20 % del petróleo global a través del Estrecho de Ormuz.

La respuesta de Irán a los ataques israelíes, que ha calificado como una declaración de guerra, y la posibilidad de que el conflicto se extienda o afecte infraestructuras energéticas críticas, mantienen a los analistas en alerta máxima. Si Irán decide atacar instalaciones petroleras o bloquear rutas marítimas, los precios podrían escalar aún más, con proyecciones que sitúan el barril de petróleo entre 100 y 120 dólares, lo que elevaría el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos desde los actuales 3.13 dólares por galón hasta más de 5 dólares, un aumento superior al 60 %.

Expertos como Patrick de Haan, jefe de análisis petrolero de GasBuddy, estiman que los consumidores estadounidenses podrían enfrentar incrementos inmediatos de entre 10 y 25 centavos por galón en las próximas semanas, aunque advierten que si el conflicto no se intensifica, los precios podrían estabilizarse y no alcanzar máximos históricos. Sin embargo, el riesgo de una escalada mayor, que involucre a otros actores regionales o afecte el tránsito por el Estrecho de Ormuz, mantiene la incertidumbre alta.

Esta tensión se suma a la volatilidad que ya experimentó el mercado energético tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, cuando los precios del petróleo y la gasolina alcanzaron niveles récord. A diferencia de entonces, los precios partían de niveles relativamente bajos, pero la posibilidad de un conflicto prolongado en Oriente Medio podría revertir esta tendencia y presionar al alza la inflación global.

Además del impacto en el sector energético, el conflicto ha generado efectos colaterales en la economía mundial, como la depreciación de monedas regionales, cancelaciones de vuelos y compras masivas en supermercados, reflejando el clima de incertidumbre.

En resumen, el conflicto entre Israel e Irán representa una amenaza directa para la estabilidad del suministro petrolero mundial y podría traducirse en un aumento significativo en los precios de la gasolina, afectando a consumidores y economías a nivel global en un momento crítico para la recuperación económica postpandemia.

Fuente: CNN

By Ginger Cevallos Carrillo

Otros Artículos