El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, reactivó las redadas migratorias contra trabajadores del campo, hoteles y restaurantes, revirtiendo una pausa temporal que había generado alivio en esos sectores. Agentes federales de inmigración (ICE) han intensificado las operaciones en granjas y plantas empacadoras, especialmente en California, donde decenas de trabajadores agrícolas han sido arrestados en condados como Ventura y Los Ángeles, zonas clave para cultivos de fresas, limones y aguacates.
Estas redadas han provocado un clima de miedo entre los migrantes, muchos de los cuales han dejado de presentarse a trabajar, afectando la producción y el abastecimiento de alimentos en el país. Las asociaciones agrícolas advierten que la mano de obra escasea y el sector enfrenta una crisis debido a la incertidumbre y las detenciones masivas. Por ejemplo, en una empresa de envasado de alimentos en Nebraska, ICE arrestó a más de 70 personas, mientras que en California la ausencia de trabajadores alcanza entre el 25 % y el 45 %.
Aunque el presidente Trump había insinuado posibles excepciones para estos sectores tras recibir presiones de agricultores y empresarios, la directriz oficial ordenó continuar con las detenciones para cumplir la meta de 3.000 arrestos diarios, impulsada por Stephen Miller, principal artífice de la política migratoria. Las redadas han generado protestas y rechazo en las comunidades afectadas, mientras que algunos políticos republicanos expresan preocupación por el impacto económico y social.
Fuente: Deutsche Welle (DW)