Durante la cumbre del G7 en Canadá, el primer ministro canadiense Mark Carney anunció un paquete de apoyo militar a Ucrania por valor de aproximadamente 1,470 millones de dólares estadounidenses, en un momento en que Rusia intensifica sus ataques, incluyendo un mortífero bombardeo en Kiev que dejó al menos 10 muertos. Este respaldo se suma a nuevas sanciones económicas contra Rusia, diseñadas para ejercer “máxima presión” sobre el presidente Vladimir Putin y asfixiar la capacidad bélica rusa.
Carney también anunció un préstamo adicional de 1,700 millones de dólares canadienses para ayudar a Ucrania a reconstruir su infraestructura y sistemas públicos, mientras que Gran Bretaña y otros miembros del G7 buscan endurecer sanciones contra la “flota fantasma” rusa, usada para evadir restricciones internacionales sobre la venta de petróleo.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski, presente en la cumbre, destacó que el reciente ataque en Kiev reafirma la necesidad de aumentar el apoyo aliado y solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar la escalada rusa.
Por otro lado, el expresidente estadounidense Donald Trump abandonó la cumbre el lunes por la noche, en medio de la crisis entre Israel e Irán, lo que generó comentarios sobre el impacto de su ausencia en las discusiones. Algunos diplomáticos señalaron que sin Trump las conversaciones podrían ser más fluidas, aunque con menor peso debido a la ausencia de la principal potencia mundial.
A pesar de la salida de Trump, el G7 —integrado por Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido— reafirmó su compromiso con Ucrania, manteniendo el foco en la crisis ucraniana en medio de otras tensiones globales.
Fuente: Diario El Universo