El exsenador demócrata de origen cubano Robert “Bob” Menéndez, quien fue uno de los políticos latinos más influyentes en Washington, ingresó este martes 17 de junio de 2025 a la prisión federal de Schuylkill, en Minersville, Pensilvania, para comenzar a cumplir una condena de 11 años por corrupción y cohecho.
Menéndez, de 71 años, fue declarado culpable en julio de 2024 de soborno, fraude, extorsión, obstrucción a la justicia y de recibir pagos para favorecer al gobierno egipcio y a un fondo de Catar. Durante un allanamiento en 2022, la policía encontró más de 480,000 dólares en efectivo escondidos en su domicilio, además de 13 lingotes de oro valorados en 150,000 dólares y un auto descapotable Mercedes Benz.
El exsenador utilizó su poder e influencia entre 2018 y 2022 para ayudar a empresarios a conseguir favores y protección para sus negocios a cambio de sobornos, junto a su esposa Nadine Arslanian, quien también fue declarada culpable. A finales de enero de 2025 fue sentenciado a 11 años de cárcel, aunque ha apelado la sentencia. El 11 de junio la jueza Alison Nathan le negó la libertad bajo fianza mientras se resuelve la apelación.
Debido a la naturaleza de sus delitos, que son considerados de cuello blanco, se espera que Menéndez sea alojado en el campamento de mínima seguridad dentro de la prisión Schuylkill, que alberga a unos 1,200 reclusos y cuenta con instalaciones de seguridad media y mínima.
Menéndez fue senador desde 2006 y antes miembro de la Cámara de Representantes durante 14 años. Fue un férreo opositor a la normalización de relaciones con Cuba, un crítico de Venezuela y China, y un firme defensor de Israel. Tras su inculpación, renunció a la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Actualmente confía en que el expresidente Donald Trump, quien también se ha declarado víctima de una “caza de brujas” en sus propios problemas legales, le otorgue un perdón presidencial.
Fuente: Diario El Universo