El saldo de muertos por el ataque masivo lanzado por Rusia contra Kiev el pasado martes se elevó a 21 personas, según informaron los servicios de emergencia ucranianos. El ataque, que incluyó el lanzamiento de 440 drones y 32 misiles, causó daños significativos en varios distritos de la capital, especialmente en el barrio de Solomianski, donde un edificio de nueve pisos fue destruido. Además de las víctimas fatales, más de 130 personas resultaron heridas, y los equipos de rescate continúan trabajando para localizar posibles sobrevivientes entre los escombros.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó este ataque como uno de los más atroces desde el inicio del conflicto y urgió a la comunidad internacional a no ignorar las acciones de Moscú. El Ministerio de Defensa ruso afirmó que sus ataques fueron dirigidos contra instalaciones militares e industriales en la región de Kiev, aunque la destrucción en zonas residenciales ha generado condenas internacionales. La ciudad declaró un día de luto oficial, con banderas a media asta y la suspensión de eventos festivos.
Este ataque forma parte de una escalada en la ofensiva rusa, que continúa a pesar de los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego. La situación en Ucrania sigue siendo crítica, con un alto costo humanitario y daños materiales significativos. La comunidad internacional mantiene la presión sobre Rusia para que cese sus ataques y se retomen las negociaciones de paz.
Fuente: Deutsche Welle (DW)