¿El secreto estaba en la mandíbula? Dentista descifra la geometría oculta del Hombre de Vitruvio

Un dentista londinense, Rory Mac Sweeney, ha propuesto una solución sorprendente a uno de los enigmas más persistentes del arte renacentista: la estructura geométrica del Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. Su estudio, publicado en la revista Journal of Mathematics and the Arts, sostiene que la clave del dibujo no está en la proporción áurea, como se creía, sino en un triángulo equilátero oculto entre las piernas de la figura. Esta forma coincide con el llamado triángulo de Bonwill, una estructura anatómica conocida en odontología desde 1864, que conecta los cóndilos mandibulares con los incisivos inferiores. Según Mac Sweeney, Leonardo habría anticipado este principio geométrico siglos antes de su formalización científica. El hallazgo sugiere que el genio florentino codificó una regla universal de eficiencia estructural en su obra.

El triángulo de Bonwill genera una proporción de aproximadamente 1,64 entre el lado del cuadrado y el radio del círculo en el dibujo, valor muy cercano a la llamada “proporción tetraédrica” de 1,633, presente en estructuras naturales como cristales y empaquetamientos esféricos. Esta coincidencia matemática refuerza la hipótesis de que Da Vinci no solo buscaba representar proporciones humanas ideales, sino también reflejar principios físicos universales. El estudio también vincula esta geometría con modelos tridimensionales como el Vector de Equilibrio de Fuller, utilizados en arquitectura y física para representar equilibrios de fuerzas. La precisión con la que Leonardo integró estos patrones sugiere un conocimiento intuitivo de la biomecánica humana. Para Mac Sweeney, el dibujo es más que arte: es una hipótesis científica visual.

El análisis se basa en una frase escrita por el propio Leonardo junto al dibujo: “el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero”. Durante siglos, esta indicación fue interpretada como una simple guía compositiva, pero el nuevo estudio la toma literalmente. Al aplicar esta figura al cuerpo humano, se revela una estructura que conecta la postura estática (cuadrado) con la dinámica (círculo), integrando movimiento y equilibrio. Esta dualidad entre forma y función es coherente con la visión holística de Da Vinci, quien concebía el cuerpo humano como una máquina perfecta. El hallazgo también podría tener aplicaciones prácticas en cirugía craneofacial y diseño de prótesis dentales.

La investigación ha sido bien recibida por la comunidad académica, ya que ofrece una explicación coherente y medible a un misterio que ha desconcertado a historiadores del arte y matemáticos por más de cinco siglos. Estudios previos ya habían identificado proporciones similares en cráneos humanos, lo que respalda la validez empírica del modelo propuesto. Además, el hallazgo invita a revisar otras obras de Leonardo en busca de patrones geométricos ocultos. La simbiosis entre arte, ciencia y anatomía que caracteriza al Renacimiento parece tener aún secretos por revelar. El Hombre de Vitruvio, lejos de agotarse como símbolo cultural, sigue ofreciendo nuevas lecturas en pleno siglo XXI.

Para Mac Sweeney, este descubrimiento demuestra que Leonardo intuía que el cuerpo humano está construido con la misma elegancia matemática que el universo. “Todos hemos estado buscando una respuesta complicada, pero la clave estaba en las propias palabras de Leonardo”, afirmó. Si su hipótesis se confirma, el Hombre de Vitruvio no solo sería una obra maestra del arte, sino también un manifiesto visual de principios científicos adelantados a su tiempo. La figura humana encerrada en un círculo y un cuadrado podría representar, en realidad, la armonía entre biología, geometría y cosmos. Y todo gracias a un triángulo escondido entre las piernas.

Fuente: Deutsche Welle

By Ginger Cevallos Carrillo

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