Desde el lunes 16 de junio de 2025, los líderes de las principales economías del mundo se reúnen en el complejo turístico Kananaskis Village, en las Montañas Rocosas de Alberta, Canadá, para celebrar la 51ª Cumbre del Grupo de los Siete (G7). La reunión, que se extenderá hasta el 17 de junio, está marcada por la escalada inesperada del conflicto entre Israel e Irán, así como por la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales internacionales.
El primer ministro canadiense Mark Carney, anfitrión del evento, busca suavizar las diferencias entre los miembros del G7 —Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido— y fortalecer la presión sobre Rusia para que acepte un alto el fuego en Ucrania. También se explora la posibilidad de que el grupo haga un llamado a la desescalada en el conflicto entre Israel e Irán.
Entre los asistentes destaca el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien regresa a la diplomacia internacional tras un periodo de políticas proteccionistas y tensiones con varios socios. Durante la cumbre, Trump sostendrá su primer encuentro presencial con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el martes 17 de junio, en un contexto de complejas relaciones bilaterales.
Además de los miembros formales, fueron invitados líderes de países como Brasil, India, Ucrania, Sudáfrica y Arabia Saudita, así como representantes de organismos internacionales como la ONU y el FMI, para abordar temas globales como la seguridad, la economía, el cambio climático y los conflictos internacionales.
El evento se realiza bajo estrictas medidas de seguridad implementadas por la Real Policía Montada de Canadá y las fuerzas armadas, con varios filtros de acceso en un radio de 55 kilómetros alrededor del complejo.
Fuente: Deutsche Welle (DW)
